Sobre el viaje de vivir

     Hace muchos años en el sur del mundo, nací a fines de mayo en el siglo pasado. Mi padre Jorge y mi madre Lucía, me esperaron con preocupación y amor, por lo difícil que les fue poder ser padres. 

     Desde niña fui inquieta y buscadora de respuestas sobre muchas cosas. Con una intuición que me hacía cuestionar la vida, la búsqueda del sentido de existir y por sobre todo, encontrar quién era y quién quería ser en este mundo.

     Con los años, casi al terminar mi educación en el colegio, decidí buscar un lugar en el servicio público. Esto me llevó a desarrollar mis habilidades personales y sociales y sentía que era una forma de retribuir la vida y ser protagonista de mi destino. 

     Inquieta y buscadora de respuestas, encontré un sentido amoroso y real en el trabajo en poblaciones, con personas que pensaban y sentían la vida con otras creencias, valorando la diversidad de historias, gustos y visiones en esta sociedad. Ello me llevó a estudiar y prepararme en el mundo de la política, logrando cargos de representación popular, siendo una experiencia marcadora, profundamente difícil y llena de regalos de vida.

     Con los años, conocí sus luces y oscuridades, la dulzura y lo ácido, lo áspero y suave del ego y el poder, en mí y mi entorno, viviendo la polaridad, una y otra vez, en mí y entorno. 

     Mientras, forjaba mi vida personal, al casarme y ser madre de mis hermosos hij@s. 

     La dureza y pruebas de la vida, me hicieron alejar de la política, renunciar a todo ese mundo y pasar a  vivir una vida “normal”.  Al poco andar, descubrí por “casualidad” que tenía cáncer y una profunda crisis de identidad y sentido de vida. 

     No le temía a la muerte, pero si sabía que este diagnóstico me estaba regalando tiempo, para buscar respuestas en otras visiones y creencias, descubriendo un mundo holístico maravilloso, lleno de sorpresas y regalos que me hicieron morir en vida. 

     Mis experiencias las comparto en dos libros; el viaje por la oscuridad, temores e inquietudes, hicieron derribar mis creencias y lazos, invitándome también a descubrir quién era y buscar mi Plan de Vida. 

     Esa búsqueda no termina nunca, vivimos en ciclos constantes con aciertos y errores, pero las herramientas que descubrí me invitan a continuar mi transformación, compartiendo con otros estos descubrimientos y me han hecho vivir el presente de una manera sorprendente, que nunca imaginé.

     Esto ha significado ir acompañando a otros en la búsqueda de sus respuestas, ciclos y sus transformaciones, con el sentido evolutivo de su ser. Por eso y mucho más, hoy trabajo mayormente en acompañar, guiar, canalizar a otras almas, que también descubrieron el llamado de viajar hacia su mejor versión. Todo aquello que nos permite descubrir y conquistar nuestra perfecta imperfección, guiado por nuestro corazón Crístico. 

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